Argentina
Secuaz del imperialismo, Milei ataca el salario mínimo

El más servil de los esbirros del imperialismo en América Latina está decidido a destruir la segunda economía de la región para que prospere el grande capital

El presidente de extrema derecha de Argentina, Javier Milei, el más leal y sumiso al imperialismo de América Latina, está imponiendo al pueblo argentino el salario mínimo más bajo en veinte años. Se trata de un verdadero plan neoliberal para destruir la economía del país y entregar el segundo país más importante del subcontinente a la dictadura mundial, como hizo la dictadura de Pinochet en Chile.

El miércoles (26), Milei decretó un aumento del 9,3% del salario mínimo, muy por debajo de la inflación, que ni siquiera cubre la cantidad necesaria para comprar una canasta básica de alimentos que evite que una familia pase hambre. El SMVM (Salario Mínimo Vital y Móvil) será de 296,83 dólares a partir de marzo de 2025. El 9,3% se distribuirá en cuatro cuotas, de marzo a diciembre.

JUEGO DE CASADOS

El gobierno de Milei tomó esta medida luego de que los sectores empresariales reclamaran un miserable aumento del 8,8%. Con esto, el felpudo del imperialismo se presenta con una propuesta “superior”, aunque claramente está aplicando la política patronal. En Argentina existe un organismo llamado Consejo del Salario, integrado por representantes sindicales y patronales, con la mediación del Estado. Los sindicatos propusieron elevar el SMVM por encima del millón de pesos, unos 800 dólares, pero las negociaciones fracasaron.

Milei aprovechó el fracaso de la negociación tripartita para tomar una decisión unilateral. Con este ajuste, el salario mínimo se ubica en uno de sus niveles más bajos. Según el BCRA (Banco Central de la República Argentina), sólo se podrá pagar el 60,9% de la canasta básica prevista para marzo.

Este índice define el límite entre pobreza y miseria.

CUESTA ABAJO

Según el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), el salario mínimo ha perdido el 58% de su poder adquisitivo desde 2017, más de la mitad. De los 411 litros de leche que se podían comprar con el SMVM, en noviembre de este año sólo se podían comprar 190 litros. Este ataque a los salarios es el mayor desde el período hiper-inflacionario de finales de los 80, con una pérdida promedio de 29,3% hasta 2024.

Al igual que en Brasil, la caída de los salarios no solo afecta a los trabajadores que reciben el salario mínimo, sino que debilita el piso salarial de todo el mercado, especialmente a los trabajadores de bajos ingresos. La pérdida de poder adquisitivo repercute directamente en el mercado, penalizando a los pequeños comerciantes, especialmente a los que venden productos de primera necesidad, provocando el cierre de empresas y el aumento del desempleo.

NEOLIBERALISMO EN ESTADO PURO

El portavoz del Gobierno, Manuel Adorni, no contento con el brutal ataque a la población pobre argentina, afirmó que el salario mínimo era un “error conceptual”, y que con el fin del SMVM el mercado laboral se haría más “flexible”, según las teorías económicas modernas.

Argentina se enfrenta actualmente a una inflación anual superior al 140%. La pobreza se está extendiendo como una epidemia, agravada aún más por los recortes en los programas sociales.

A principios de año, Javier Milei decretó una nueva ley, la “Ley de Bases y Partidas para la Libertad de los Argentinos”, más conocida como “Ley Ómnibus”, con más de seiscientos artículos, que ordena la privatización (entrega) de más de 40 empresas estatales.

El gobierno de Milei es una dictadura fascista que ya resulta en una enorme represión contra la población, con el potencial de ser aún peor que la dictadura militar (1976-1983).

Este ataque neoliberal está siendo ampliamente elogiado por el imperialismo, especialmente por los Estados Unidos. Milei es destacado en revistas como Time y The Economist. Esta última publicó en noviembre el rostro del presidente argentino bajo el titular “Mi desprecio por el Estado es infinito” e incluso opinó sobre lo que Javier Milei puede enseñar a Donald Trump.

Está en marcha un plan de destrucción similar al que vimos en Brasil durante los años del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, cuando se dolarizó la economía y se privatizaron varias empresas. Como resultado, no se redujo la deuda del Estado ni se crearon más empleos; por el contrario, hubo despidos masivos y los sectores desguazados fueron tomados gratuitamente por el grande capital.

¿UN MILEI PARA BRASIL?

Los elogios del imperialismo al presidente argentino y el hostigamiento del sistema financiero al gobierno de Lula muestran que el imperialismo está planeando un “Milei para Brasil”. Los ataques de la gran prensa contra Bolsonaro no son más que demagogia. Lo que la burguesía quiere es un Bolsonaro que no esté bajo la presión de una base social, como el ex presidente.

El gobierno de Milei es, sin duda, un experimento en el laboratorio del imperialismo. Si tiene éxito, servirá de modelo no sólo para Brasil, sino para todo el subcontinente.

La izquierda necesita enfrentarse al neoliberalismo fascista de manera consecuente. Para empezar, necesita abandonar la política de externalizar las luchas contra la derecha al poder judicial; esta es la tarea de la clase trabajadora.

Mientras no movilice a las bases y se organice, la izquierda seguirá siendo rehén de tribunales autoritarios como el Tribunal Supremo, que, además de no combatir efectivamente al fascismo, ha adoptado medidas sistemáticas contra los trabajadores.

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