PORTUGUÉS: 04/01/2025
En una decisión que refleja la presión imperialista contra el gobierno de Lula, Brasil anunció que no enviará al presidente a la toma de posesión de Nicolás Maduro, prevista para el 10 de enero. El gobierno brasileño, a pesar de no haber recibido aún una invitación oficial de la parte venezolana, ya indicó que la representación brasileña en el evento será realizada por la embajadora en Caracas, Glivânia Oliveira.
Esta postura de distanciamiento, que aparece como una concesión política más, surgió en medio de una serie de choques y desacuerdos entre ambos gobiernos. En julio de 2024, Lula criticó a Maduro por decir que habría un “baño de sangre” si ganaba la oposición fascista, además de expresar preocupaciones indebidas sobre el proceso electoral venezolano, cuestionando la supuesta falta de transparencia en el conteo de votos, en un claro injerencia en los asuntos internos del país vecino.
Al no asistir a la toma de posesión, Lula cede ante la presión ejercida por el imperialismo, que busca aislar al régimen de Maduro, debilitando su posición tanto dentro de Venezuela como en el escenario internacional, para facilitar su derrocamiento.
La decisión de no asistir a la ceremonia de toma de posesión sólo sirve a los intereses de Estados Unidos y la Unión Europea, que durante mucho tiempo han buscado desestabilizar al gobierno de Maduro.