La postura del gobierno brasileño en el caso de Israel es muy derechista. Al condenar las acciones de Hamás, equipara, en el mejor de los casos, la reacción de los palestinos con el genocidio cometido por Israel.
No sabemos exactamente cuáles son las intenciones detrás de esta política, pero podemos imaginar que son las ilusiones de Lula y el PT con una política conciliadora. Ante un problema de esta magnitud, esta política muestra todas sus deficiencias.
Y esto queda claro cuando vemos que el imperialismo y la derecha brasileña simplemente no se sintieron conmovidos por la demostración de buena voluntad del gobierno.
La única posición aceptable para el imperialismo y la derecha que le sirve de loro es la condena a los palestinos, es una total carta blanca para que Israel siga cometiendo sus crímenes.
Y cuanto más cede el gobierno, mayor es la ofensiva de la derecha.
Así lo demuestra la declaración del embajador israelí contra la posición del PT: “Es muy lamentable que un partido que defiende los derechos humanos compare la organización terrorista Hamas, que va de casa en casa asesinando a familias enteras, con lo que el gobierno israelí está haciendo para proteger a sus ciudadanos”.
Veamos que el PT intentó ser diplomático comparando las dos acciones. Pero los criminales sionistas no quieren saberlo. Quieren que los palestinos sean tratados como animales.
El PT comete el error de igualar la situación. Lo que está sucediendo es una masacre perpetrada por un Estado de ocupación fuertemente armado contra un pueblo desarmado. Las acciones de Hamás son solo la reacción legítima contra esta situación.
Al no decir esto, el PT abre la puerta para que la derecha ataque.
Volviendo al gobierno Lula, la resolución presentada por Brasil en el Consejo de Seguridad de la ONU fue vetada por Estados Unidos, a pesar de ser una resolución totalmente absurda que no condenaba adecuadamente a Israel e incluso condenaba el “terrorismo” de Hamás.
La prensa golpista brasileña tampoco quiere saber nada de los intentos conciliadores de Lula. Siempre que haya oportunidad, ataca las posiciones del gobierno. La verdad es que si Lula no defiende abiertamente a los nazis en Israel, la derecha no quedará satisfecha. Por eso la política de conciliación no funciona.
La posición correcta del gobierno es condenar lo que Israel está haciendo y exigir el fin inmediato de los bombardeos. Esto es lo único correcto.
