En el día de hoy, 8 de marzo, más de 100 países de todo el mundo celebran el Día Internacional de las Mujeres. La creación de la fecha tiene diversas variantes en la historia, pero la más consolidada es la de la lucha del Partido Socialista de América. Este organizó el Día de la Mujer, el 20 de febrero de 1909, en Nueva York, en una jornada de manifestación por la igualdad de derechos civiles, salario y sufragio femenino. Al año siguiente, durante las Conferencias de Mujeres de la Internacional Socialista, en Copenhague, 1910, se sugirió que el Día de la Mujer se celebrara todos los años, aún sin fecha específica. En 1913, en Rusia, las mujeres comenzaron a celebrar la fecha con manifestaciones realizadas el último domingo de febrero. En un estallido del propio radicalismo femenino, el 8 de marzo de 1917, todavía en la Rusia Imperial, se organizó una gran marcha de mujeres en protesta contra la carestía, el desempleo y el deterioro general de las condiciones de vida en el país. El líder revolucionario ruso Leon Trotsky recuerda el pasaje:
“Para el 23 de febrero se planificaron acciones revolucionarias. En la mañana, a pesar de las directivas, los trabajadores textiles abandonaron el trabajo en varias fábricas y enviaron delegados para solicitar soporte a la huelga. Todas salieron a la calle y el paro fue masivo. Pero no imaginábamos que este ‘día de las mujeres’ inauguraría la revolución».
Las mujeres se organizaron y salieron a las calles para mejorar las condiciones de trabajo y salario, eran mujeres trabajadoras o buscando su independencia. Queda clara la base socialista enraizada en la lucha de clases.
El movimiento, poco a poco, fue siendo secuestrado por la burguesía -que lógicamente vio el peligro real- para transformarse en un movimiento pro-imperialista. Podemos ver los diferentes casos donde la prensa burguesa es demagógica con las mujeres, y las muestra como directoras y empresarias, provocando la ilusión de que hay progreso para las mujeres en general. ¿Cuál de estas mujeres representa o lucha por un verdadero avanzo social? ¿La vicepresidenta estadounidense negra, Kamala Harris, que apoya el nazismo ucraniano? ¿La semi-fascista Damares, que está en contra del aborto incluso en caso de violación? ¿O la dueña del Magazine Luiza que paga 1 real por entrega a los empleados tercerizados?
Las políticas de identidad, que han cobrado fuerza en el último período, han venido haciendo un gran deservicio a la lucha de las mujeres trabajadoras, ya que utilizan el individualismo como propaganda, mientras que la mayoría de las mujeres son incapaces de salir de las tareas domésticas; y, cuando salen, es con un salario 20% inferior al de los hombres, según encuesta del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (Dieese-Br). Incluso en sectores de actividad donde las mujeres son mayoría, en promedio, ganan menos. En los servicios domésticos, las trabajadoras ocupan alrededor del 91% de las vacantes, y el salario es un 20% inferior al de los hombres. En educación, salud y servicios sociales, las mujeres representan el 75% del total y tienen ingresos medios un 32% inferiores a los que perciben los hombres.
La lucha por la emancipación de la mujer se inserta en la lucha de clases. La reivindicación de la paridad salarial con los hombres debe hacerse y es necesaria. Sin embargo, históricamente los propios salarios de los hombres han sido retroactivos. Por lo tanto, ellas también deben luchar por empleos, salarios, tierra y por el socialismo. La emancipación de la mujer vendrá con la emancipación de la propia clase trabajadora.
