Río de Janeiro
Criminales imperialistas no son bienvenidos en Brasil

Incluso bajo represión policial, la manifestación sale victoriosa y reúne a miles de personas contra los genocidas del G7, a favor del eje de resistencia.

Ayer (18), en el centro histórico de Río de Janeiro, la plaza Cinelândia fue tomada por una gran manifestación contra la presencia de los patrocinadores del genocidio del pueblo palestino en territorio brasileño. Durante el fin de semana, los líderes de los países imperialistas que apoyan a las fuerzas armadas israelíes, en particular el presidente estadounidense Joe Biden, llegaron a Brasil debido a la cumbre del G20.

Si el debate en el foro económico estuvo guiado por la lucha contra el hambre y la pobreza, la manifestación en Cinelândia intentó exponer la hipocresía de estas ambiciones humanitarias en medio de un genocidio. Organizado por el Partido de la Causa Operaria, los Comités de Lucha, el Instituto Brasil-Palestina (Ibraspal) y otras organizaciones políticas y movimientos sociales, el evento reunió a miles de personas de todo el país.

Caravanas de Mato Grosso do Sul trajeron compañeros indígenas que luchan por su tierra en su Estado, así como los palestinos luchan por su país contra el sionismo. El evento contó con una presencia masiva de compañeros de São Paulo donde, el 30 de junio, miles de personas de todo Brasil también asistieron para oponerse al genocidio y saludar la heroica lucha de la resistencia palestina, liderada por Hamas. El cuerpo del evento lo completaron caravanas procedentes del extremo sur del país, desde Rio Grande do Sul, hasta la región noreste, desde Pernambuco.

Como si no fueran suficientes las dificultades de llevar a cabo un acto de carácter nacional en un país continental como Brasil, la manifestación fue saboteada por el aparato represivo que aprovechó el G20 para cazar los derechos democráticos de los manifestantes de forma completamente arbitraria. La manifestación no pudo contar con camiones de sonido y se limitó a un pequeño espacio en la Cinelândia, imposibilitada la marcha hacia el Museo del Mañana, donde se reunieron los verdugos del pueblo palestino.

La arbitrariedad de la policía no desanimó a los manifestantes que pronunciaron sus discursos en jogral, para que todos los presentes pudieran oírlos, a falta de equipos de sonido. La secuencia de discursos la abrió André de Paula, del Frente Internacionalista dos Sem Teto (FIST), una organización carioca que lucha por la vivienda y que asistió en gran número a la manifestación:

“Hermanos y hermanas. Este acto es fundamental para denunciar la situación de lo más grande pueblo sin hogar del mundo. Nosotros, desde el Frente Internacionalista de los Sin Techo, en cada una de nuestras ocupaciones, instalaremos la bandera de la gloriosa Palestina. Y, por cierto, la bandera de fuera Cláudio Castro, que usa armas israelíes para matar como lo hace el gobierno nazifascista de Netaniahu”.

De Paula reforzó la “total y completa solidaridad con el pueblo palestino” y destacó que el FIST acogió en la ocupación Marielle Franco “varios camaradas que vinieron del Noreste para sumarse a esta justa manifestación”.

“Fuera Israel de Palestina. Fuera Claudio Castro de Río. Todo el apoyo a la lucha por una Palestina Libre total y completamente. Abajo el gobierno nazifascista de Netaniahu”, concluyó.

Dondequiera que se mirara en la manifestación, se veían retratos de los mártires de la lucha por la liberación de Palestina, el eje de la resistencia. Ismail Hanié e Iahia Sinuar, líderes de Hamás asesinados por el sionismo; Hassan Naseralá, líder histórico de Hezbolá, asesinado durante la reciente ofensiva israelí contra el Líbano; y Qassem Soleimani, general iraní responsable de organizar militarmente el eje de la resistencia, asesinado en Irak en 2020 por el gobierno estadounidense. De todos los mártires, estos cuatro hombres se encuentran entre los mayores responsables de la revolución en curso en Medio Oriente y Palestina.

También hubo retratos satíricos de los líderes del G7, reunidos a poco más de 800 metros de la manifestación con los demás miembros del G20. Destacabanse el actual presidente norteamericano, Joe Biden, y su vicepresidenta, recientemente derrotada en las elecciones, Kamala Harris, retratados en los carteles como prisioneros “asasinos de niños”. Otros criminales de guerra como Olaf Scholz, el primer ministro alemán, Giorgia Meloni, la primera ministra de Italia y Emmanuel Macron, el presidente francés, también aparecieron en carteles traídos por los manifestantes.

Con los jefes de Estado del G7 retratados como los criminales que son y los mártires de la resistencia presentados como figuras heroicas, quedó claro por qué las autoridades sabotearon el acto. Según fuentes internas de la Policía Militar de Río de Janeiro, la orden de prohibir el sonido en la manifestación provino de la Policía Federal, institución que actua prácticamente como una rama del Mossad y de los servicios de inteligencia estadounidenses en Brasil. Una de las consignas destacadas del acto fue la petición de que el gobierno de Lula rompiera completamente sus relaciones diplomáticas y económicas con “Israel”.

En su discurso, el compañero João Pimenta, miembro de la junta directiva de PCO, pidió un minuto de silencio en honor de todos aquellos que cayeron en la lucha contra el sionismo y el imperialismo en Medio Oriente. Posteriormente, Pimenta actuó como intérprete del rabino Yisroel Dovid Weiss quien, en representación de Neturei Karta, un grupo de judíos antisionistas, vino desde Nueva York, Estados Unidos, para sumarse a la manifestación. Su declaración se puede leer íntegramente. aquí.

Ahmed Shehada, presidente de Ibraspal, también estuvo presente y habló:

“Hacemos un llamado a todos, a todas las fuerzas progresistas, por favor no guarden silencio. Por favor, no se acostumbren a las matanzas y los asesinatos y levanten la voz para que se ponga fin al genocidio. El pueblo palestino os mira y no tiene otra opción que resistir y no se quedará callado, no se rendirá. Y el enemigo no logrará sus objetivos”, declaró Shehada.

Cerca del final del acto, la última intervención corrió a cargo de Rui Costa Pimenta, presidente nacional del PCO.

“Me gustaría comenzar mi intervención en este evento recordando a cuatro personas fundamentales en la lucha que se desarrolla actualmente en Palestina: el general Soleimani de Irán, los ex presidentes del Buró Político de Hamás Ismail Hanié y Iahia Sinuar, quienes organizaron la acción del 7 de octubre de 2023, y el líder de Hezbolá, Hassan Naseralá. Estos cuatro hombres son los arquitectos de la lucha del pueblo palestino hoy. Irán, Hamás, Hezbollah y Ansar Allah de Yemen son el eje de la resistencia que logró sobrepujar al ejército sionista armado hasta los dientes y que recibió 21 mil millones de dólares. Y logró frenar la ofensiva de este ejército. Esto demuestra que el fin del Estado de “Israel” está cerca”, exaltó Pimenta al iniciar su discurso. El presidente del PCO también denunció el sabotaje contra el acto por parte del aparato represivo e, incluso, por un sector de la izquierda que organizó una manifestación durante el G20 Social, evento que precedió a la llegada de los genocidas a Brasil precisamente para evitar manifestaciones contra su presencia. Se puede leer el discurso completo de Pimenta aquí.

Al finalizar la manifestación, Henrique Simonard, también miembro del PCO, consideró el acto muy exitoso, a pesar de todas las dificultades que le fueron impuestas.

“Estamos aquí al final de la manifestación, que fue un éxito a pesar del sabotaje. La policía cerró hoy seis estaciones de metro desde el Largo do Machado hasta la Central y creó una valla alrededor de la Cinelândia. No dejaban entrar a la gente, registraban a todos los que vestían camisetas del PCO, camisetas de organizaciones del movimiento. Registraron los mástiles de las banderas, ni siquiera dejaron entrar un coche de sonido ni altavoces.

“Según la propia policía, la PM de Río de Janeiro, las órdenes vinieron de arriba, no habrían venido del Estado. Pero la manifestación fue grande, logramos reunir a mucha gente aquí y, por lo tanto, fue un éxito”.

El acto del día 18 corona un enorme esfuerzo de los activistas para convocar y organizar el acto, con intervenciones en Río de Janeiro que tuvieron repercusión internacional, como el despliegue de la bandera palestina en la playa de Copacabana, en Arcos da Lapa y otras atracciones turísticas de la capital de Río de Janeiro. Es otro paso en la construcción de un amplio movimiento nacional contra el genocidio palestino, una cuestión central para la lucha de todos los pueblos oprimidos del mundo. La derrota del imperialismo en Palestina abrirá el camino para que todos aquellos que viven bajo el dominio imperialista levanten la cabeza; es una lucha fundamental detrás de la cual deben unificarse todas las fuerzas revolucionarias.

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