Gobierno brasileño NO retrocedió en relación a Ucrania

Victoria Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, organizadora del golpe de Estado en Ucrania, concedió declaraciones esta semana que esclarecen el papel real de Brasil con relación a la guerra en Ucrania y Estados Unidos.

Dijo que es necesario “que Brasil se ponga en los zapatos de Ucrania”, es decir, se ponga en el lugar del país europeo y se posicione en contra de Rusia.

Esta declaración se produjo poco después de la visita de Lula a los Estados Unidos. Acontecimiento que impresionó a muchas personas, principalmente por el comunicado que dieron en conjunto poco después del encuentro. Sectores de la izquierda brasileña salieron agitados para condenar Lula y afirmar que se hizo el mejor amigo del presidente Joe Biden y se convirtió en un gobierno pro imperialista.

Se trata, en realidad, de una maniobra política del petista. Lula es una personalidad muy importante para la izquierda mundial y Brasil es un país de gran importancia internacional, por lo que, es necesario cautela de los EE.UU. al tratar el tema.

Durante el encuentro, Biden trató bien a Lula, dando un guiño a los sectores de izquierda del Partido Demócrata, mientras que Lula dio un guiño a la derecha brasileña. Posteriormente, la posición de línea dura pasó a primer plano y aclaró lo que quiere EE. UU., que la posición de Brasil es insostenible y que el gobierno brasileño debe tomar partido por Ucrania.

A fin de cuentas, esta reunión fue prácticamente protocolar. Una puesta en escena que forma parte del juego político. Incluso la donación de Estados Unidos al Fondo Amazonía no tuvo tanta importancia. Es decir, fue una donación al banco presidido por Aloizio Mercadante, el BNDES. En otras palabras, será dinero controlado por el gobierno.

Esta declaración demuestra que el gobierno brasileño no satisface en lo más mínimo al imperialismo estadounidense. Lula insistió en la paz en la declaración conjunta, pero EE.UU. no puede permitirse ese desfase: quiere continuar la guerra. Muestran que EE.UU. no está allanando ningún camino hacia la política de Lula.

Finalmente, no hubo nada significativo y Brasil no dio marcha atrás en su política hacia Ucrania.

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