AMÉRICA LATINA
México: ¿otra revolución de color en América Latina?

Crónica detalla lo ocurrido durante protestas contra la presidenta Claudia Sheinbaum

PORTUGUÊS: 19/11/2025

El artículo «México, una extraña ‘Generación Z’: han pasado de las banderas blancas al descontrol y la rabia», escrito por Hermann Bellinghausen para el diario La Jornada, ofrece un relato detallado y crítico de las movilizaciones que han tenido lugar en México, convocadas por la llamada «Generación Z» y el denominado «Movimiento Sombrerero». El artículo describe cómo una marcha anunciada como pacífica, marcada por símbolos religiosos y banderas blancas, se convirtió rápidamente en un episodio de abierta violencia, hostilidad política e intensos enfrentamientos con la policía.

El autor comienza destacando un contraste que recorre todo el texto: aunque la población estaba «muy enojada», sorprende que una marcha «portando imágenes guadalupanas y banderitas blancas» fuera el detonante para atacar «la Catedral Metropolitana», protegida por «un alto muro de hierro».

Lo que más llama la atención, dice, es que los mismos manifestantes que gritaban «queremos paz» celebraran «el violento asalto al templo católico y al Palacio Nacional».

Durante las protestas, escribe Bellinghausen, «todo eran insultos». Según él, el tono era «bastante personal», con un «odio visceral al presidente» acompañado de fantasías explícitas de humillación.

Entre los gritos grabados por el autor, un hombre, de pie junto a su mujer, gritó: «¡Que la saquen y la dejen desnuda!». Otro, vestido con una «camisa blanca y un sombrero de granjero», gritó: «¡Adentro, les tiemblan los pechos!». Las mujeres también participaron en la degradación moral, burlándose «de forma grosera» de la delgadez del Presidente.

Bellinghausen señala que la marcha no parecía estar formada por organizaciones populares. Al contrario, como escribe, eran grupos que «no parecían pertenecer a organizaciones de base». La estética del acto mezclaba símbolos nacionales y religiosos e incluso referencias culturales inconexas: el autor menciona que se superpusieron «banderas nacionales y una calavera con sombrero del anime One Piece», portadas por adultos que probablemente desconocían el origen de la imagen. Esto refuerza el carácter caótico de la movilización.

También hubo descoordinación incluso en los disfraces: «unos de blanco y otros de negro puro, como si no hubieran acertado con el colorido».

Según el autor, uno de los principales organizadores propuso «tomar el Palacio Nacional como en Nepal», donde se incendió un palacio gubernamental. Días después, «varios grupos de jóvenes» intentaron poner en práctica la sugerencia, atacando las barreras en cuanto se llenó la plaza.

La descripción de los momentos más violentos es uno de los puntos centrales del texto. «Grupos bien organizados de encapuchados» atacaron las barreras del Palacio Nacional utilizando «martillos y mazos», arrancando adoquines para lanzarlos contra los escudos. También arrancaron «pesadas tapas de alcantarilla» y lanzaron «bombas caseras, algunas muy ensordecedoras».

La policía, inicialmente detrás del «muro de hierro», reaccionó con piedras y gases. En un momento dado, la esquina sur del palacio se convirtió en «un auténtico polvorín».

El autor señala un detalle revelador: vio en una pantalla de televisión un telediario en el que se acusaba de «represión y provocación contra la Generación Z», incluso antes de que la policía hubiera empezado a dispersar a los manifestantes.