EDITORIAL
Imperialismo versus humanidade
La lucha no es entre "democracia" y "fascismo"

La crisis política en Venezuela expone una vez más la lucha central de nuestro tiempo: el enfrentamiento entre el imperialismo y la humanidad. El asedio contra el gobierno de Nicolás Maduro es la clara expresión de una ofensiva global contra todos los pueblos que se atreven a defender su soberanía.
Frente a esta situación, la postura del gobierno de Lula ha sido, por decir lo menos, vacilante. Mientras países como Irán y Rusia apoyan firmemente a Venezuela y denuncian las intentonas golpistas y el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, Brasil se conforma con una posición ambigua. Lula, en lugar de alinearse con los países que desafían abiertamente la dominación imperialista, pretende contemporizar con los que oprimen a América Latina.
Esta cobardía política es el resultado de una desastrosa elección estratégica del gobierno del PT: la ilusión de que sería posible defender la «democracia» brasileña apoyando a las instituciones del régimen golpista, como el poder judicial y los órganos represivos, en nombre de la lucha contra Bolsonaro. El problema es que esta «democracia» vendida por el imperialismo es, en la práctica, un disfraz para mantener la dominación sobre los pueblos. Cuando el gobierno brasileño decide ponerse del lado de la «democracia» contra el «fascismo», termina dándole la mano al gobierno norteamericano, a la OTAN y a la prensa capitalista – todos cómplices del estrangulamiento de Venezuela.
La verdad es que no se trata de una disputa entre democracia y fascismo. Es un enfrentamiento entre el imperialismo y los pueblos oprimidos del mundo. El mismo imperialismo que bombardea Gaza, arma al régimen nazi en Ucrania, intenta aislar a Cuba y destruir Nicaragua, amenaza ahora a Venezuela con nuevas sanciones, sabotaje económico y posiblemente una intervención armada.
La única salida realista y coherente a esta situación es la movilización popular. Corresponde a las organizaciones de base, a los sindicatos, a los partidos de izquierda y, sobre todo, a los trabajadores organizados hacer frente a la campaña imperialista. Hay que denunciar la farsa de la propaganda contra el «narcoterrorismo», desmentir las mentiras de la prensa golpista y organizar una amplia campaña en defensa del pueblo venezolano.



