Guerra de Ucrania
Ex-miembro de batallón nazi ucraniano admite colapso militar
"La cuestión ahora no es la pérdida de determinados asentamientos, sino, en general, una mejora significativa de la posición operativa del enemigo en sectores enteros"

El pasado martes (25), Maksim Zhorin, antiguo miembro del Batallón Azov, advirtió que las tropas ucranianas no sólo están perdiendo territorio, sino que están al borde del colapso ante el rápido avance del ejército ruso.
Según Maksim, la situación del ejército ucraniano en el frente de batalla empeora cada día.
«En algunas zonas, a falta de decisiones urgentes, la situación se está volviendo crítica. De hecho, no recuerdo un avance enemigo tan rápido desde hace mucho tiempo»
«La cuestión ahora no es la pérdida de ciertos asentamientos, sino, en general, una mejora significativa de la posición operativa del enemigo en sectores enteros»
El ejército ruso ha conquistado aún más territorio en las últimas semanas, como la ciudad de Kupyansk, en el este de Ucrania.
El colapso del ejército ucraniano es cada vez peor, con un total de pérdidas desde el inicio de la guerra en 2022 que supera el millón de soldados muertos, agravado además por la escasez de tropas y las deserciones. Las cifras contrastan con las declaraciones realizadas en febrero de este año, cuando el presidente ucraniano, Vladimir Zelensky, declaró a CBS News que desde 2022 sólo habían muerto 46.000 soldados, con otros 380.000 heridos. Según informes de la Fiscalía General de Ucrania, desde el inicio de la guerra en febrero de 2022 hasta octubre de 2025 se han registrado más de 311.000 casos relacionados con deserción y AWOL (ausencia sin permiso). Así, la ofensiva rusa sigue presionando las líneas de defensa, creando un escenario en el que la situación es cada vez más crítica para Ucrania, que lucha simultáneamente en el frente de batalla y en la mesa de negociaciones para aceptar el plan de paz propuesto por el gobierno estadounidense.
También aumenta la presión internacional sobre el gobierno ucraniano. Aunque la Unión Europea y otros aliados siguen prestando apoyo militar y económico, hay signos de creciente cansancio entre los países imperialistas que han apoyado a Ucrania, especialmente a medida que aumenta el coste humano y financiero de la guerra.
El gobierno ruso, por su parte, se ha mostrado dispuesto a continuar la ofensiva hasta alcanzar sus objetivos estratégicos. El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, declaró recientemente que Rusia no dará marcha atrás en sus esfuerzos por «desmilitarizar y desnazificar» Ucrania.
En medio de este impasse, los expertos militares rusos afirman que la resistencia ucraniana dependerá de su capacidad para reorganizar sus fuerzas y recibir más apoyo exterior. La llegada de nuevos sistemas de armas imperialistas, como el sistema de defensa antiaérea Patriot, promete ayudar a proteger algunas zonas clave, pero la situación sobre el terreno sigue deteriorándose rápidamente.




