AMÉRICA LATINA
Elecciones en Chile: ¿un punto de inflexión?
La burguesía puede haber optado por una vuelta a la dictadura de Pinochet

En la primera vuelta de las elecciones presidenciales chilenas fracasó la candidata a suceder al gobierno de Gabriel Boric, Jeanette Jara, representante del ala moderada del Partido Comunista chileno.
Antes de analizar las elecciones en sí, es importante señalar que el principal dirigente del Partido Comunista ha sido detenido y se encuentra bajo arresto domiciliario en relación con un presunto escándalo de corrupción. Este escándalo tiene que ver con una iniciativa que tomó, cuando era alcalde, para crear una política de ayuda sanitaria a través de farmacias estatales, en las que el Estado compraría los medicamentos y los vendería a la población para ahorrar dinero al pueblo. Fue detenido por corrupción, y la iniciativa duró aproximadamente un mes.
En un momento en que el sector farmacéutico está siendo sacudido, y dada la posibilidad de que el político ganara las elecciones, la detención es muy sospechosa. Se ha vuelto muy común en América Latina en estos días que el imperialismo detenga a los que tienen más probabilidades de ganar las elecciones, como se ha visto en el reciente caso de Bolivia con Evo Morales. Esto sólo hace aún más ridícula la idea de que en Brasil el poder judicial seria idóneo.
En términos electorales, Jeanette Jara alcanzó el 26% de los votos, quedando en primer lugar. José Antonio Kast, de extrema derecha, quedó en segundo lugar con el 24%. En tercer lugar quedó el Partido Popular (de derecha), con el 19 por ciento de los votos. Este partido sería el segundo en número de afiliados. Johannes Kaiser, una especie de Javier Milei argentino, obtuvo el 13% de los votos, y el partido de derechas Unión Democrática Independiente también obtuvo el 13% de los votos. A diferencia de elecciones anteriores, la Democracia Cristiana va en la papeleta de Unidos por Chile, que es la papeleta de Jeanette Jara.
La expectativa es que los cuatro partidos que ocupan los puestos siguientes voten por José Antonio Kast. Esto significa que la derecha, en total, habría alcanzado el 70% de los votos.
Es una situación similar a la de la Revolución Española, donde toda la burguesía se agrupó en la extrema derecha. Kast es de extrema derecha, proimperialista, con pedigrí. Su tío fue torturador, su abuelo asesino y toda la familia está muy implicada con el aparato represivo de Augusto Pinochet. Es una familia de delincuentes políticos de la época de la dictadura más sangrienta del país. El padre de Kast no era sólo un torturador: fue lugarteniente y miembro del Partido Nazi de Hitler. Huyó a Chile en 1950 y apoyó a Pinochet. Esto demuestra que la burguesía opta claramente por un régimen de fuerza.
La gran pregunta que queda es: ¿gobernará Kast de forma constitucional o impondrá una dictadura? Hay que seguirlo muy de cerca. Con el nivel de golpes de Estado que estamos viendo en todos los países, es posible que éste sea un nuevo punto de inflexión en la situación.
El hermano de Kast fue ministro de Trabajo en el gobierno de Pinochet, licenciado en Economía por la infame Universidad de Chicago. Esto inspira mucha preocupación, porque Chile tuvo una movilización popular muy fuerte hace tres o cuatro años. Esta movilización, en un primer momento, asustó a la burguesía. La represión fue muy grande.
Luego, la burguesía permitió que Boric, supuestamente un representante de esta movilización popular, fuera elegido. En realidad, entró para calmar la situación y permitir lo que está ocurriendo ahora: la victoria de la derecha. En aquel momento, Boric competía con Kast, pero la burguesía creía que Kast echaría gasolina al fuego, por lo que no podía ganar. El gobierno de Boric fue un desastre.
Puede ser que, en este momento, la burguesía mire y diga: «No podemos tener una movilización del tamaño de la que hubo antes aquí en Chile» La segunda movilización siempre es peor que la primera, porque en la segunda, las masas ya tienen más experiencia y determinación. Puede ser que la burguesía chilena haya decidido que no habrá una segunda movilización, o que si la hay, Kast la reprimirá con la fuerza.




