POLÍTICA INTERNACIONAL
El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba el plan de Trump para Gaza
El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) emitió una declaración en la que rechazaba la resolución y reafirmaba el derecho a la autodefensa

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el lunes (17) una resolución patrocinada por Estados Unidos que establece la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización (FIS) para operar en la Franja de Gaza. La votación se saldó con 13 votos a favor y dos abstenciones, de Rusia y China, y autoriza el despliegue inmediato de contingentes extranjeros en el territorio palestino.
Mandato de la fuerza internacional y alcance de las operaciones
El texto aprobado estipula que la misión tendrá una duración inicial de dos años, prorrogables según la propia evaluación del Consejo. La fuerza tendrá un amplio mandato: vigilancia de fronteras, protección de civiles, supervisión de los corredores de ayuda, reorganización administrativa y formación de una nueva fuerza de policía palestina sujeta a un proceso de selección llevado a cabo por los países implicados.
La resolución también autoriza el uso de «todas las medidas necesarias» para implementar sus objetivos. Entre ellas se incluyen la posibilidad de llevar a cabo acciones de desarme, la incautación de «armas no autorizadas» y la intervención directa en las estructuras de seguridad existentes dentro de Gaza.
El documento añade que las tropas extranjeras podrán coordinarse con las instituciones financieras internacionales. El Banco Mundial supervisará los proyectos de reconstrucción y administrará un fondo fiduciario específico para el territorio palestino.
Creación de un órgano administrativo bajo supervisión extranjera
Además de la presencia militar, el plan aprobado incluye la instalación de un órgano administrativo transitorio denominado Consejo de Paz. Este consejo trabajará junto a la fuerza internacional y tendrá poderes político-administrativos en Gaza, constituyendo la columna vertebral del plan estadounidense para reorganizar el territorio tras el genocidio de dos años.
Según el texto, este órgano trabajará para formular políticas de «estabilidad», gestionar los servicios esenciales y supervisar las estructuras de seguridad reconstituidas bajo supervisión externa. La resolución no especifica los miembros del consejo ni los criterios de selección.
El plan estadounidense se enfrenta a la resistencia en Gaza
La aprobación de la resolución llega en un momento en que se enfrenta a resistencia. Según el Wall Street Journal, al gobierno estadounidense le está resultando difícil aplicar su proyecto para Gaza debido al fortalecimiento del apoyo popular a la Resistencia palestina. El periódico imperialista describe que, tras la tregua más reciente y la retirada de las tropas de ocupación de varias zonas, los combatientes del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) han retomado las tareas de seguridad interna.
Según el medio, la presencia de los combatientes en las calles ha restablecido los servicios básicos de protección, ha contenido a los grupos mercenarios financiados por la ocupación sionista y ha invertido el panorama de desorden provocado por los ataques deliberados contra funcionarios públicos palestinos. Los residentes citados afirman que la reanudación de la actividad policial por parte de la Resistencia ha evitado un mayor deterioro de las condiciones de seguridad.
Hazem Sarour, tendero de 22 años, declaró al periódico: «Hemos visto un colapso, ladrones, bandas armadas y desorden. Nadie ha sido capaz de contenerlo aparte de Hamás. Por eso la gente les apoya».
Trump celebra el resultado y anuncia el liderazgo del organismo
Poco después de la votación, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publicó un mensaje en el que celebraba la aprobación del plan y confirmaba que presidirá el Consejo de Paz. En su publicación, dijo: «Felicitaciones al mundo por el increíble voto del Consejo de Seguridad, reconociendo y respaldando el CONSEJO DE PAZ, que será presidido por mí, e incluirá a poderosos y respetados líderes de todo el mundo.»
Trump agradeció por su nombre a los 15 miembros del Consejo de Seguridad y también mencionó a países que, según él, apoyaron el proyecto durante las negociaciones, como Qatar, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Indonesia, Turquía y Jordania. El presidente estadounidense afirmó que la composición oficial y los primeros pasos del nuevo órgano se anunciarán en las próximas semanas.
Rusia y China critican el mandato de fuerza
Durante la sesión, la Federación Rusa declaró que no podía apoyar el texto presentado por Estados Unidos. Según su representante, la resolución no preserva el principio de «dos Estados, dos pueblos» y otorga a la Fuerza Internacional de Estabilización poderes de imposición armada que podrían convertir al contingente extranjero en parte del conflicto.
El diplomático dijo también que ninguno de los países consultados sobre la posibilidad de unirse a la misión habría aceptado tal mandato. La delegación rusa advirtió de que el texto podría servir de tapadera para «experimentos» estadounidenses e israelíes en los territorios palestinos ocupados, recordando anteriores iniciativas lideradas por Washington que acabaron produciendo resultados opuestos a los declarados.
La delegación china, por su parte, afirmó que el Consejo debería dar prioridad a un alto el fuego duradero, abordar la situación humanitaria en Gaza y avanzar en la reconstrucción. El representante chino expresó su «profunda preocupación» por la falta de claridad sobre la estructura y el mandato tanto del Consejo de Paz como de la fuerza internacional prevista en el plan.
Según la delegación, el texto da poca visibilidad a Palestina, no declara la soberanía palestina de forma suficientemente explícita y deja sin definir la referencia a la solución de los dos Estados. China también criticó el carácter precipitado y no consultivo de las negociaciones y el papel limitado de la propia ONU. Por estos factores, junto con las posiciones expresadas por los países de la región, la delegación china justificó su abstención.
Hamás rechaza la resolución y denuncia la tutela extranjera
Tras la decisión, Hamás emitió un comunicado en el que rechazaba el plan en su totalidad. El partido palestino afirma que la resolución «no responde a las exigencias políticas y humanitarias del pueblo palestino» y pretende imponer «un mecanismo para alcanzar los objetivos de la ocupación, que no ha logrado alcanzarlos con su guerra de exterminio durante los dos últimos años».
El grupo afirma que el texto coloca a Gaza bajo tutela internacional e intenta separar el territorio del resto de la Palestina ocupada. Según el comunicado, la resolución viola los derechos nacionales y pretende «imponer una nueva realidad» disociada de la autodeterminación palestina.
La organización revolucionaria reafirmó que cualquier debate sobre el armamento de la Resistencia es un asunto interno y sólo puede tener lugar en un proceso político que garantice el fin completo de la ocupación y la creación de un Estado palestino con Al-Quds (Jerusalén ocupada) como capital.
Para Hamás, las fuerzas internacionales sólo podrían actuar para vigilar el alto el fuego y exclusivamente en las zonas fronterizas, bajo la plena supervisión de la ONU y sin coordinación alguna con la ocupación.
En cuanto a la entrada de ayuda y la apertura de pasos fronterizos, la organización afirmó que estas medidas son derechos básicos de la población y no pueden convertirse en moneda de cambio por parte de estructuras militares extranjeras.
Lea la declaración completa de Hamás aquí:
Comunicado de prensaEn respuesta a la adopción por el Consejo de Seguridad de la ONU del proyecto de resolución estadounidense sobre Gaza, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) afirma lo siguiente:
Esta resolución no está a la altura de las demandas y derechos políticos y humanitarios de nuestro pueblo palestino, particularmente en la Franja de Gaza, que durante dos años ha soportado una brutal guerra genocida y crímenes sin precedentes cometidos por la ocupación terrorista ante el mundo entero – cuyos efectos y repercusiones siguen vigentes, a pesar de la declaración del fin de la guerra según el plan del presidente Trump.
La resolución impone un mecanismo de tutela internacional sobre la Franja de Gaza, que nuestro pueblo y sus facciones rechazan. También impone un mecanismo para alcanzar los objetivos de la ocupación, que no ha logrado realizar con su brutal genocidio. Además, esta resolución desconecta la Franja de Gaza del resto de la geografía palestina e intenta imponer nuevas realidades alejadas de los legítimos principios y derechos nacionales de nuestro pueblo, privando así a nuestro pueblo de su derecho a la autodeterminación y al establecimiento de su Estado palestino con Jerusalén como capital.
Resistir a la ocupación por todos los medios es un derecho legítimo garantizado por las leyes y convenciones internacionales. Las armas de la resistencia están vinculadas a la existencia de la ocupación, y cualquier debate sobre la cuestión de las armas debe seguir siendo un asunto nacional interno, vinculado a una vía política que garantice el fin de la ocupación, el establecimiento del Estado [de Palestina] y la autodeterminación.
Asignar a la fuerza internacional tareas y funciones dentro de la Franja de Gaza, incluido el desarme de la resistencia, elimina su neutralidad y la convierte en parte del conflicto a favor de la ocupación. Cualquier fuerza internacional, en caso de establecerse, debería desplegarse únicamente en las fronteras para separar las fuerzas, controlar el alto el fuego y estar totalmente bajo la supervisión de la ONU. Debería operar exclusivamente en coordinación con las instituciones oficiales palestinas, sin que la ocupación tenga ningún papel en ella, y trabajar para garantizar el flujo de ayuda, sin transformarse en una autoridad de seguridad que persiga a nuestro pueblo y su resistencia.
La ayuda humanitaria, el socorro a los afectados y la apertura de los pasos fronterizos son derechos fundamentales de nuestro pueblo en la Franja de Gaza. Las operaciones de ayuda y socorro no pueden seguir siendo objeto de politización, chantaje y sometimiento a complejos mecanismos en medio de la catástrofe humanitaria sin precedentes creada por la ocupación, que exige acelerar la apertura de los pasos y movilizar todos los recursos para hacerle frente a través de la ONU y sus agencias, especialmente la UNRWA.
Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad para que defiendan el derecho internacional y los valores humanitarios, y adopten resoluciones que logren justicia para Gaza y la causa palestina, mediante el cese efectivo de la brutal guerra genocida en Gaza, la reconstrucción, el fin de la ocupación y el empoderamiento de nuestro pueblo para la autodeterminación y el establecimiento de su Estado independiente con Jerusalén como capital.



