EDITORIAL
¿Brasil entrará en guerra contra Venezuela?

La situación indica que, para el gran capital, la participación del país en una invasión sería decisiva

El Comandante del Ejército, General Tomás Miguel Ribeiro Paiva, confirmó el lunes (22) el envío del Centauro II-BR – el vehículo blindado de caballería más poderoso de América del Sur – para reforzar el despliegue militar en Roraima. El anuncio, hecho durante el traspaso del mando militar en São Paulo, se produce en medio de las agresiones imperialistas contra Venezuela, país fronterizo con el Estado brasileño.

El movimiento militar en la frontera norte del país es una muestra más de que existe un pacto entre las principales fuerzas políticas que componen el régimen político. El envío de armamento pesado a la frontera con Venezuela sugiere que Brasil podría acabar entrando en guerra con Venezuela. O que, en el mejor de los casos, serviría para aumentar la presión imperialista sobre el régimen chavista.

La supuesta «neutralidad» del gobierno de Lula en la crisis vecina es un apoyo táctico a la agresión extranjera. El vergonzoso veto de Lula a la entrada de Venezuela en los BRICS fue una luz verde a Estados Unidos: Brasil está dispuesto a aislar y, si es necesario, cercar militarmente al régimen de Nicolás Maduro.

Esta capitulación explica también la extraña retirada de la presión del Gobierno de Donald Trump contra el Estado brasileño. La retirada de la aplicación de la Ley Magnitsky contra figuras judiciales sugiere que hubo un acuerdo de trastienda: el gobierno norteamericano sacará el cuchillo del cuello del Supremo Tribunal Federal (STF) siempre y cuando Lula entregue la cabeza de Venezuela y militarice la frontera. No es casualidad que las tropas fueran anunciadas el mismo día en que el Tribunal Supremo condenaba el «núcleo golpista» de las Fuerzas Armadas.

Además de la frontera, existe un problema interno. Bajo el pretexto de la «guerra contra las drogas» y la lucha contra los grupos criminales transnacionales, el Ejército está siendo entrenado y equipado para reforzar las operaciones dentro del territorio nacional. El general Tomás Paiva fue explícito: la logística del Ejército permitirá el «rápido despliegue de tropas en cualquier parte del país». En otras palabras, el aparato que hoy se vuelve contra Venezuela es el mismo que mañana podría utilizarse para reprimir la movilización popular en Brasil.

Por último, queda la pregunta: ¿el imperialismo dejará ganar a Lula en 2026? La situación indica que, para el gran capital, la participación de Brasil en una invasión sería decisiva. ¿Participaría Lula, líder de una base de millones de trabajadores, en esta guerra? Lo más probable es que el imperialismo descarte a Lula en favor de un nombre de la derecha «bienoliente», capaz de comandar directamente y sin vacilaciones la máquina de guerra.

PORTUGUÉS: 23/12/2025