LULA EN ASIA
Desesperación del imperialismo: ¿Brasil seguirá el camino de China?

• PUBLICADO EL: 13/04/2023

Este miércoles (12), el presidente Luiz Inácio Lula da Silva aterrizo en China poco después de las 11 am, hora de Brasilia. Nada más desembarcar, en un viaje de más de 30 horas contando conexiones, el presidente se reunió con la expresidenta Dilma Rousseff y, acompañado de Fernando Haddad, ministro de Hacienda, Rodrigo Pacheco, presidente del Senado, y Janja da Silva, la primera dama, fue al hotel, cerca del centro de Shanghái.

Lula tiene una agenda repleta en el gigante asiático. El jueves (13), participará en una ceremonia con motivo de la toma de posesión de Dilma como presidenta del Banco BRICS. Luego, la agenda de Lula estará reservada para reunirse con empresarios de gigantes en China, buscando anunciar oficialmente una serie de inversiones en Brasil.

Durante la tarde, visitará al gigante tecnológico chino Huawei y será recibido por su CEO. La empresa presentará al presidente varias tecnologías que involucran las áreas de salud, seguridad, telecomunicaciones y más.

El mismo día, el presidente se reunirá en su hotel con los presidentes de las empresas chinas CCCC, del sector de las comunicaciones, y BYD, el fabricante de automóviles eléctricos que el gobierno quiere que asuma la fábrica que Ford cerró en Bahía.

Durante la noche, Lula dará una entrevista exclusiva al canal estatal de noticias CGTN. Para finalizar el día, se reunirá en la ciudad con el secretario general del Partido Comunista Chino, Chen Jining.

El viernes (14), ya en Beijing, Lula comenzará la jornada recibiendo a otro empresario, el director general de State Grid que, según el Ejecutivo, debe anunciar grandes inversiones en el país.

Aún por la mañana, se reunirá en el Gran Palacio del Pueblo con el líder del Congreso chino, Zhao Leji. Posteriormente, en la plaza de Tiananmen, depositará flores en la Tumba de los Héroes del Pueblo (homenaje a importantes figuras de la Revolución China).

Por la tarde, Lula regresará al Palacio del Pueblo para reunirse con el Primer Ministro, Liang Qing. Finalmente, alrededor de las 16:45 horas, se reunirá con el presidente Xi Jinping tras una ceremonia de recepción. El encuentro con el líder chino solo tendrá una parte inicial abierta, que servirá para actas, quedando el resto reservado entre los dos jefes de Estado. Finalmente, la reunión terminará con un banquete.

Entonces, el presidente brasileño debe dar una conferencia de prensa en la embajada de Brasil en Beijing, antes de asistir a una recepción ofrecida por el embajador Marcos Galvão. Emprenderá su viaje de regreso a Brasilia a partir de las 22:00 (hora de Brasilia) del viernes (14).

Una política exterior antiimperialista

El cronograma de Lula, junto con el hecho de que reprogramó su viaje a China poco después de recuperarse de una neumonía, sirve como una declaración de que los principales parceros de su gobierno serán China, Rusia, los países BRICS y, en general, los países de la órbita BRICS, que es decir, los países oprimidos por el imperialismo.

Toda su política exterior hasta ahora indica un choque frontal con la política imperialista. Solo por mencionar algunos ejemplos: votó, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), a favor de la investigación del atentado contra Nord Stream (que fue boicoteado por EE.UU.); aún en la ONU, votó para indicar que Siria no utilizó armas químicas contra el pueblo sirio; se negó a firmar la resolución final de la “Cumbre de la Democracia” de Estados Unidos contra Rusia; permitió que un barco iraní atracara en Brasil y más.

Mientras tanto, su política hacia China también es muy favorable. Algo que quedó más que probado tras la decisión de que el comercio entre el país asiático y Brasil se realizará exclusivamente en reales y yuanes, negando por completo el uso del dólar con su principal socio comercial. Una de las decisiones más importantes jamás tomadas por cualquier gobierno brasileño en lo que respecta a combatir la influencia del imperialismo en el territorio nacional.

En los primeros gobiernos del PT se establecieron buenas relaciones con China, tanto en el sentido comercial como diplomático. Todo indica que estas relaciones se profundizarán aún más durante el tercer mandato de Lula. Tanto es así que, en el viaje en cuestión, uno de los principales objetivos de la conversación entre el líder brasileño y el presidente Xi Jinping es conseguir su apoyo para que ambos países y, en particular, Brasil encabecen las negociaciones de paz para la Guerra de Ucrania. En otras palabras, Lula quiere ser protagonista en este proceso y quiere que Xi lo apoye.

Todas estas medidas apuntan a hacer de Brasil una especie de tercer gran bastión en la lucha por la soberanía de los países atrasados ​​contra el imperialismo. En Asia, el puesto lo ocupa China, en Europa, Rusia y, en América Latina, Brasil. Un panorama que se hará cada vez más claro con los acuerdos que se deriven del viaje de Lula a territorio chino, alejándose cada vez más de EE.UU. hacia los países del nuevo “Eje del Mal” (China, Rusia, Irán, entre otros). .

Estados Unidos ciertamente está siguiendo de cerca el viaje de Lula a China y, en general, la evolución de las relaciones entre China y Brasil, y ciertamente no le gusta lo que ve. Finalmente, Brasil se está volviendo cada vez más independiente del imperialismo, incluso provocando una aceleración en los intentos del imperialismo de sabotear a Lula y, en el futuro, incluso derrocar al gobierno.

En política interna, Lula debería seguir el mismo camino, hacia una independencia cada vez mayor del imperialismo. Ciertamente que, en Brasil, enfrenta una gran resistencia de la prensa, del Congreso, de sus ministros, del ejército y, en general, de toda la burguesía. En ese sentido, para llevar a cabo un gobierno progresista también a nivel nacional, debe movilizar a los trabajadores, única fuerza política capaz de derrotar a la derecha golpista.