BRASIL REGRESA A LA CELAC
El mito del “Lula Imperialista” cayó al suelo

En su primer acto diplomático relevante, Brasil vuelve a la comunidad alternativa de países latinoamericanos, en un acto antiimperialista

Análisis políticos que son obviamente erróneos, pero cumplen una función muy clara son frecuentes, y mas que frecuentes, son ampliamente diseminadas. ¿Por qué? La razón es simple, cumplen una función, sirven a un determinado interés político, muchas veces el análisis equivocado, la mentira, cumple una función fundamental en la política de la burguesía y de la pequeña burguesía.

No me refiero solo a la mentira de la extrema derecha, normalmente escandaloso e impactante, estas son, en general, las más inofensivas de las mentiras políticas; son las más sutiles, dichas de la manera más amplia posible, por los dueños del mundo, que causan el mayor daño.

En el momento del golpe de 2016, era común escuchar dentro de la izquierda que el PT y el PSDB eran partidos iguales, que prácticamente no había diferencia entre los dos. Hoy, uno puede mirar esto y pensar “qué absurdo”, ¿cómo alguien podría creer, en algún momento de su vida, en algo así? Pero en su momento, dada la ofensiva que la burguesía montó contra Dilma Rousseff, esta tesis permitió que sectores de izquierda presentaran una neutralidad, la izquierda podía abstenerse de defender a Dilma, aunque no necesariamente se uniera a los golpistas para atacarla en las calles.

Al llegar por tercera vez al gobierno, Lula ya es acusado por la extrema derecha y por sectores de la izquierda pequeñoburguesa, de ser un títere del capital extranjero, o por lo menos, un fiel aliado del imperialismo. El análisis es una mentira, una confusión deliberada y cumple una vez más una importante función política, al permitir que sectores de izquierda apoyen tácitamente un golpe de Estado, o, al menos, permitirles mantenerse neutrales ante un nuevo intento de golpe. .

Esta semana, los honestos en el análisis político ganaron un nuevo e importante argumento contra el puro disimulo. Lula estuvo presente en la cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), organismo creado para ser una alternativa a la OEA (Organización de los Estados Americanos), considerada durante muchos años un “ministerio de las colonias” de Estados Unidos.

La presencia de Brasil en la reunión es notable porque Jair Bolsonaro había retirado a Brasil de la entidad, marcando su posición como un felpudo pro-imperialista. En la reunión vimos varios llamados a la creación de una moneda única en América Latina, como una forma de escapar de las sanciones y el embargo que sufren las pequeñas naciones de la región, pero también reiteradas críticas a la OEA y al imperialismo nominalmente.

Aunque Lula fue discreto y evitó criticar directamente a Estados Unidos, su posición no desentonó con el conjunto de declaraciones más radicalizadas de los presidentes de países como Cuba, Venezuela, Nicaragua, entre otros.

El movimiento internacional de Lula delimita claramente el campo en el cual está insertado, y no es en el campo del imperialismo. La integración de Brasil con el resto de América Latina es una clara prueba de ello, más que cualquier cosa que Lula pudiera decir para despistar este hecho.

Los que apostaron por el “Lula Wall Street” perdieron dinero, pero no, esta analice no desaparecerá. Seguirá cumpliendo una función, tal vez una función aún mayor que la que ahora cumple para la burguesía. A ver.

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